SOBRE EL AUTOR

Otli Sebastián Campos  Arquitecto, Coordinador de Proyecto Ejecutivo Técnico en Cafeína Design

“El construir también debería considerarse un arte, la transformación de la materia prima a objetos construidos es un reto que la humanidad ha acometido de distintas maneras a lo largo de la historia. Tener la capacidad de imaginar el proyecto construido sin siquiera haber puesto la primera piedra, es lo que nos distingue como especie planificadora, inventiva y creadora”

Aquellos interesados en contratar a un despacho de arquitectura para materializar sus sueños espaciales más profundos, frecuentemente tienen estas preguntas a la hora de interactuar con un arquitecto: ¿Por dónde empezamos?, ¿Qué es un proyecto? ¿Cuáles son las etapas por las que pasa un proyecto?, ¿qué pasa después del anteproyecto?, ¿qué es y para qué sirve un proyecto ejecutivo? La realidad es que hay un largo camino entre una idea, un concepto, una visualización, un render, un plano, al paquete completo de proyecto ejecutivo que verdaderamente permitirá materializar un proyecto.

¿Qué tan necesario es un proyecto ejecutivo? ¿Qué puede suceder si no tengo uno?

Un proyecto ejecutivo es un manual gráfico, para el cliente, a quien para este artículo denominaremos el “soñador”. El manual le explicará de manera gráfica al soñador, cuáles son los objetivos por alcanzar.

Imaginemos que vamos al súper y compramos una cuna o una carriola, quizá en línea compremos un librero. Soñamos cómo se verá en nuestra habitación.  La pregunta es ¿Cómo armo la cuna, la carriola o el librero?, por lo general estos productos vienen acompañados de una serie de instrucciones. Lo mismo sucede con la arquitectura. Para construirse y materializarse correctamente ¡Necesitamos un manual!

El manual debe describir cada uno de los pasos y detalles requeridos para construir el proyecto, porque imagina, ¿qué pasaría si armamos la cuna, la carriola o el librero sin manual? Seguro que faltarían piezas, sobrarían piezas, o no quedaría como lo imaginamos.

Lo mismo puede suceder en la arquitectura sin un proyecto ejecutivo, ¡Nuestros sueños no podrán materializarse correctamente! Ya que al poner en marcha la construcción habrá un sinfín de situaciones y preguntas que se irán presentando que nadie sabrá cómo resolver.

Hay muchos casos de arquitectura que se ha realizado sin un proyecto ejecutivo, la ausencia del manual puede implicar; pérdida de tiempo, de recursos, confusión, sobrecostos, y malas ejecuciones en obra.

Materialidad

La correcta elección y especificación de materiales es un factor importante en la conformación de un proyecto ejecutivo, por lo general uno escoge el objeto más atractivo en su materialidad.

Pero ¿nos hemos preguntado si realmente ese material es el adecuado para el uso que le vamos a dar? como lo mencionamos en nuestro anterior blog “Diseño Basado en Evidencias (EBD Evidence Based Design)” la elección de los materiales debe darse como consecuencia  de una investigación previa y análisis de su comportamiento en diferentes situaciones y condiciones ya sea climáticas o de nuestra vida diaria.

Si se especifican de manera errónea los materiales, puede haber consecuencias catastróficas: por ejemplo, un cristal mal especificado puede romperse y ocasionar un accidente, una pintura mal seleccionada y especificada puede ocasionar problemas a la salud, o un piso de interior elegido para exterior puede provocar caídas a los usuarios durante una lluvia.

El proyecto ejecutivo explica cómo se van a unir los distintos materiales de todos los elementos para llegar al objetivo final que el soñador espera, aquí entra la habilidad del arquitecto para interpretar y aplicar las normativas, imaginar y describir gráficamente las técnicas y procesos necesarios, las herramientas y los materiales adicionales que se van a necesitar.

Cocinas y carpinterías

El proyecto ejecutivo describe con detalle las especificaciones de cada espacio, por ejemplo, de una cocina, sus muros ¿qué ancho y altura deben tener? ¿cómo será la barra? ¿de qué debe estar hecha? ¿con qué tipo de granito? y ese granito ¿qué acabado final debe de tener? La solución a estas interrogantes de manera previa permitirá que cuando el soñador sirva un vaso de jugo a su hijo y el pequeño lo tire con sólo pasarle un trapo la barra quede tal cual como se entregó, con el mismo brillo y tonalidad.

Lo mismo pasa con la carpintería: el arquitecto debe seleccionar la madera ideal para soportar el peso de la ropa, ¿qué tornillos se deben de usar?, ¿qué riel colocar para que el cierre del  cajón sea tan suave que su uso pase desapercibido?

Como se mencionó en el blog de “MSCD (Modelo de Sostenibilidad Cafeína Design)” en Cafeína adicionalmente nos preocupamos por escoger ese material que tenga el menor impacto con el medio ambiente y que ayude a generar más empleos en la región para que el entorno se nutra y se beneficie.   

 

Ilustración 01

Un claro ejemplo fue una intervención (Ilustración 01) que se realizó en un edificio patrimonial en el centro de Puebla, el proyecto ejecutivo determinó cuáles eran los mejores materiales para el inmueble que no dañara los muros con más de 200 años de antigüedad.

Conclusiones

Un proyecto ejecutivo no son un montón de planos, no son términos que nadie entiende, un proyecto ejecutivo son instrucciones gráficas a modo de manual  para supervisar y verificar que cada sueño se logre de la mejor calidad y de la mejor manera posible.

Tener un proyecto ejecutivo en la mano implica la seguridad y la confianza de que nos hemos anticipado a las interrogantes, de que hemos trazado un plan. De que no caminamos a ciegas sino con toda la luz por delante.

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